lunes, agosto 08, 2005

Y dijo... Papus (sobre la suerte)

Papus:

“¿Tienes Suerte?
Si no la tienes, ¿es de veras que la tienes o es que no crees tenerla, cuando realmente sí la tienes?
Si tuya es la Suerte no hay nada más sencillo, puesto que basta solamente con conservarla. Si no tienes Suerte es preciso ante todo que te preguntes por qué indicios formulas este mal diagnóstico.
En efecto, sucede muy a menudo que uno se compare con un amigo o amiga, dotado especialmente a este respecto y juzgue no tener Suerte porque ansía lograr un ideal imposible de alcanzar. Cuando la persona reflexiona y se compara con los que realmente sufren, se da cuenta de que en realidad goza de mucha más suerte que aquellos.
Hay causas físicas, causas astrales (débil tensión fluídica, signaturas astrales de nacimiento, signos fisionómicos, etc) y causas espirituales (costumbre de murmuración, de la calumnia, odio, envidia, falta de caridad, falta de compasión, costumbre de criticar a otros, hablar en nombre de la justicia pues ésta pertenece a un orden mayor y no toca a los humanos administrarla, etc.)
....
¡La Suerte! Palabra mágica que pronuncian los espíritus más escépticos.
Hay personas que no creen en Dios ni en el Diablo, pero que creen firmemente en la Suerte, en la Fortuna y también en la mala sombra y la mala pata. La suerte existe perfectamente, incluso es posible fijarla si huye, llamarla si se aleja y constatarla cuando se aproxima.
¿Pero de qué manera?
La Voluntad humana es solamente uno de los factores que presiden la fijación o el regreso de la Suerte. Si la Voluntad humana permite modificar la simpatía y la antipatía de los seres humanos y toma acto seguido una parte notable en la continuación de un periodo de Suerte de origen humano, el conocimiento de las relaciones secretas y de las fuerzas de la Naturaleza permite prevenir el aumento de la Suerte normal de cualquier individuo (al igual que sabemos cuando lloverá o hará más calor o frío).
Finalmente, el conocimiento de la realidad y de la extensión de los actos morales y de la llamada al plan divino o universal mediante ciertas plegarias, permite reconstituir la Suerte. La fe más allá de lo humano o simplemente en la vida y la voluntad son dos factores desencadenantes de la Suerte. Reconocer nuestro camino y permitir que nuestra alma nos guíe, sin lugar a dudas, es el más decisivo

Fuente bibliográfica: Papus, Le livre de la Chance, Librairie des publications populaires, Paris, 1908

Continuará...

... el próximo lunes 15 de agosto.

Cada lunes, una nueva entrega ;-)

. . . . . . .
Ilustración: foto de Papus, París, 1902