jueves, febrero 01, 2007

El Emperador VII



Úrsula

Encendió la calefacción y acabó el otro bocadillo que tenía “de repuesto”. Se tomó el café del termo. ¡Estaba tan a gusto! Incluso podría echarse. ¿Por qué no? Eran ya las dos de la madrugada, podía dormir hasta que saliera el sol. ¿Por qué no? ¿Cuánto le quedaría hasta llegar al pueblo? Quizás unas tres horas, sí, incluso un poco más. Podía descansar hasta las seis o siete y antes del mediodía estaría en el pueblo. Era una buena idea y muy razonable, pensaba Úrsula. Se tomó otra taza de café para meditarlo. Si no fuera terca no le importaría descansar un rato.

Quizás fuera el momento marcado por El Emperador. El riesgo de la carta es, precisamente, la terquedad, el perfeccionismo, la rigidez y la dureza. Úrsula tenía presente que en su tirada de nacimiento tenía al Emperador en positivo. Sin embargo con las cartas nada es ni positivo ni negativo, en definitiva. Depende de nosotros caer de un lado o del otro. Sí, se reconocía en más de una ocasión siendo tozuda. Pero justamente eso la había salvado en más de una ocasión. ¿Y quién sabía si no lo haría ahora? Si tenía que conducir prefería escuchar la radio y que le hablaran a la música. Lo probó una vez más y paseó el dial con mucha paciencia. A veces le parecía escuchar algo, aumentaba el volumen. Pero sólo para sentir aquel carraspeo digital sin sentido. Lástima, no podía tener ni idea de la tormenta.

Úrsula pensaba en el Emperador. ¿Tendría más desarrollado el aspecto negativo? ¿Dura? Sí, podía serlo y en efecto de joven lo había sido y mucho. Le hubiera gustado ser más transigente. En realidad era lo que estaba intentado hacer con Julia y sus locuras, ser muy transigente. Lo había aceptado y había quebrantado el juramento que realizaran hacía muchos años por aquellas mismas tierras al Maestro. Si una compañera de sangre se aparta del camino hay que comunicarlo a los Maestros. Ella no lo había hecho. ¿Significaba esto que no era dura? Bueno, no dejaba de ser consciente de sus responsabilidades, eso también era una característica de El Emperador, por eso mismo se preocupaba en recorrer todas las curvas de Andalucía para encontrar un Maestro volatilizado.

Sé responsable, Úrsula. Aplícate al lado positivo, se decía. ¿De qué te sirve quedarte toda la noche en medio del bosque cuando puedes llegar en unas horas a un lugar seguro? Eso sí, si una está bajo la influencia de El Emperador, necesita un orden, un entorno seguro. Cuando quiere hacer algo, El Emperador se pone manos a la obra sin esperar a luego o mañana, necesita convertir las ideas en realidad sin titubear. Cualquier deseo o intención largamente acariciados se desarrollan, y encontrar al Maestro lo era, se llevan a cabo. Podemos decir que El Emperador la estaba salvando. Úrsula arrancó el coche y condujo con una tormenta que le venía pisando los talones, literalmente.

¿Y cómo podía ser que una carta, una simple carta influyera tanto?
Hay diferentes teorías. Jung lo denominó sincronicidad y Sheldrake, campos mórficos. Comencemos por la sincronicidad. El tarot (o cualquier sistema de lectura) puede tomarse como una red de un circuito eléctrico que puede penetrar dentro del inconsciente y por ende, de todas las cosas. Puede ser conectado sólo si la persona ha establecido contacto con una situación determinada. Así que lo primero es considerar qué cuestión tengo en mi mente y expresarla de la manera más clara y consciente posible. Cuando establecemos contacto con una situación específica que tenemos en la mente, la red y la corriente eléctrica se estimulan recíprocamente y la situación se ilumina durante un momento. Un ejemplo sencillo y común sería lo que nos sucede cuando pensamos en una persona y ésta nos llama por teléfono, nos escribe o nos la encontramos por la calle.

La carta o la persona en cuestión son sólo el reflejo de algo más profundo. La pregunta fundamental sería: “¿qué me ha impulsado a pensar en esta persona?” Como muchas veces no lo sabemos, para eso están las cartas, por ejemplo, para mostrarnos nuestro impulso, lo que nos empuja por detrás sin que lo veamos. Tanto la carta como esa persona de nuestro ejemplo son espejos de algo más que sólo se nos muestra por su reflejo.Pero todo lo anterior es solamente una hipótesis en un mundo en el que cada vez estamos más acostumbrados a justificar lo que no comprendemos desde bases científicas. Pues entonces podemos referirnos a las transiciones virtuales estudiadas en la física cuántica.

En efecto, este concepto se refiere a un fenómeno que sucede en cualquier proceso físico. Se trata de lapsos de tiempo muy cortos pero verificables. Cuando comienza un proceso físico éste envía una suerte de censores en todas las direcciones. Estos censores pueden revertir el tiempo y violar todo tipo de normas habituales permitiendo que ocurran cosas inesperadas. Así cada proceso físico puede desafiar las leyes naturales hoy conocidas. El físico David Bohm se ocupaba ya de este tipo de fenómenos señalando que muchísimos procesos físicos son el resultado de dichas transiciones virtuales que tienen efectos reales. Así justificamos en parte los hechos que nos parecen casi “sobrenaturales” o al menos inexplicables que acompañan, por ejemplo, los actos esotéricos (y por cierto, también los creativos). Lo que no es lógico, según la física cuántica, también existe y tiene consecuencias reales. La sincronicidad entraría dentro de dicha categoría. Aún no hemos probado de manera directa que la sincronicidad es explicable científicamente, pero ya sabemos que algo tan poco lógico existe en todos los fenómenos que nos rodean.


Continuará ...
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Ilustración: carta IV, El Emperador, Tarot Stevee

1 nos cuenta...

Blogger Ximena nos cuenta que ...

Tocayísima, siempre me sorprendes!!!! Sincronias, pues. Es divertido como funciona. He llegado a tu post en el momento indicado para conectarme con algo importante. Gracias.

Me encantó este post, aunque me tiene algo inquieta Ursula y esa tormenta...

Y hablando de física cuantica, querida tocaya, hace muy poco me enteré del principio de interconectividad, del que -evidentemente- me enamoré a primera vista. Puede dar algunas luces sobre nuestra querida sincronia...

besitos,

Xi

1:53 p. m.  

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