viernes, enero 05, 2007

El Emperador IV


Esa noche Úrsula empezó su diario tal y como se había prometido. Quería comenzarlo de manera especial, las primeras páginas son algo que siempre rezuman un sabor único que las identifica. Además: era noche de Reyes, de Reyes y Emperadores, pensó. La habitación de invitados de la casa de Pili convidaba a soñar con sus colores azules y cornisas de estrellas de mar. Estaba en la cama frente a la ventana. La noche era clara y fría. Más estrellas en el cielo. Se arremolinó entre las mantas y se puso a buscar con qué podría comenzar su diario sobre el viaje hacia El Emperador (era una manera de decirlo). No se le ocurría nada. Levantó la cabeza y vio en el cielo una única estrella y entonces recordó el cuento de El Acertijo y lo escribió:


El acertijo

Había una vez que hace mucho tiempo, tanto que casi nadie puede recordarlo a no ser por las contadoras de historias y las echadoras de cartas porque son las únicas que conocen cuanto ocurrió cuanto ocurrió antes de que el tiempo pudiera contarse.

Y un día el reino empezó a crecer como si le hubieran echado levadura. Se hizo grande y rechoncho tal como les había prometido la Reina Blanca antes de dejarles, no sin tristeza igualmente elevada. Algunos aún recordaban que les había auspiciado que el cielo les protegería. Pues así habría sido, se decían algunos, mientras espiaban cómo las estrellas les observaban. El reino parecía henchirse de noche y crecer de día. ¡Como los panes!, reían unos y otros.

Había ciertos detalles que hubieran desconcertado a los visitantes, sin embargo. En los huertos crecían por igual las flores y las legumbres. Las campanas de las iglesias redoblaban con el viento, que era muy caprichoso y así podían entretenerse en un repique prolongado. Si alguien se hubiera puesto a estudiar los terrenos habría descubierto que había más jardines que huertos, más campanas que iglesias, más teatros y tabernas que casas. Los trovadores siempre que podían se detenían más tiempo allí dada la naturaleza alegre, amante de las artes y amable de los habitantes de aquel reino inigualable. En medio de aquella felicidad pronto surgieron algunos problemas, como los hierbajos, por ejemplo.

Estaban todos y todo muy apretujados, a tal punto que cuando alguien se desperezaba podía (y así era) darle un codazo a una rosa que pinchaba a un tercero que no encontraba la manera de dejar de sangrar. Cuando alguien estornudaba en medio de una función del teatro, lo hacía con tal fuerza que agitaba el aire; y el viento se arremolinaba antojadizo haciendo sonar las campanas, claro. Entonces todos reían, actores y público se olvidaban de la función hasta el día siguiente. Ya nadie sabía qué hora era y las compañías que esperaban para actuar se agolpaban en la carretera. Los pintores pintaban por todas partes, a veces hermosos cuadros aguantaban estoicamente debajo de los cascos de los caballos que al mirar al suelo no sabían dónde detenerse (para ellos las figuras y los humanos eran personas de similar índole). Nadie lograba llegar a dónde realmente quería ir sin dar grandes rodeos utilizando diversos medios. Más de una vez sucedieron malentendidos. Sin embargo, aquella gente reía y seguía disfrutando gracias a la mágica estela dejada por la Reina Blanca.

Las estrellas que les observaban decidieron que había que hacer algo y convocaron una reunión con la Luna y el Sol. Era evidente que allí hacía falta un poco de orden. También acudieron otros planetas, asteroides y cometas. Estaban preocupados, con razón, porque pronto las confusiones llegarían a liar al día con la noche dado que cuanto ocurre en la tierra también afecta al cielo. Evidentemente eso era un desastre que había que evitar. ¡Incluso las nubes estuvieron de acuerdo!

¿Pero quién pondría en orden aquel reino manteniendo su alegría y su espontaneidad? La tarea no era nada fácil. La Corte Celestial envió emisarios por doquier. Aquellos días los ángeles y los querubines tuvieron mucho trabajo entregando mensajes. El aire se llenó de una delicado frufrú de alas y las campanas sonaron más y mejor que nunca.

En muy poco tiempo, algo así como unas siete lunas, los arcoiris del cielo se llenaron de pretendientes al reino. Se presentaron casi todos los príncipes, reyes, emperadores, reinas, emperatrices, guerreros y guerreras de los cuentos. También enviaron emisarios muchos dioses de oriente y occidente. Los jefes de los hombres más poderosos acudieron con sus deseos de poder. La cola que se formó era casi infinita. Los habitantes del cielo volvieron a reunirse. ¿Cómo podrían elegir entre tantos y tantos y tantos y ...?

La idea se le ocurrió a una pequeña estrellita que solía lucir justo encima del campanario de la iglesia mayor de aquel reino, no por nada había observado desde tan alta perspectiva hasta cada amanecer, entusiasmada. ¡Un acertijo! ¡Un acertijo! Las demás estrellas, la luna, el sol, los planetas, asteroides y cometas aceptaron entusiasmados. Y las nubes también. Como los ángeles estaban un poco cansados después del trajín de la jornada anterior, fueron las gotas de lluvia las encargadas de hacer llegar las palabras de aquel acertijo a todos los reinos:


Cruza las piernas y los brazos
Busca la sabiduría de la belleza
Jefe entre los poderosos
El carnero sensato con el rubí
Es el Padre, buen rey del uno y de los cuatro senderos


La lluvia fue generosa.


Continuará...
. . . . . . .

Imagen: Arcano IV, El Emperador, Tarot de Carlos VI de Francia, Borgoña, siglo XV.

. . . . . . .

Y más!
Pincha en los siguientes enlaces si quieres ver más...

Exposición sobre el Tarot de Charles VI (en francés)

El Tarot de Charles VI completo (puedes pinchar sobre cada carta para verla en detalle)

3 nos cuenta...

Blogger Laura Abella nos cuenta que ...

¿Cómo sigue?
Grácias por esos interesantes enlaces...

2:51 p. m.  
Blogger Ximena nos cuenta que ...

Tocaya querida, siempre lo lográs! Mantenernos en suspenso hasta la próxima... Muy bello cuento, me atrajo mucho ese pueblo... Tú sabes, tiene ese toque caótico-lúdico que me encanta. Aunque parece ser que un poco de orden es necesario, no? Sobre todo si el que ronda es El Emperador...

cariños

Xi

1:37 a. m.  
Blogger Jimena nos cuenta que ...

Queridas Rateta y Ximena:

Algún día tendré que sacarme una foto cuando leo comentarios tan preciosos para mí como los vuestros. Sois mi impulso para seguir escribiendo!
Os agradezco muchísimo y de todo corazón tanto cariño ;-)

Muchos besitossssss

Ji :-)

1:39 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home