El Emperador VIII

C uando aparece El Emperador en nuestras vidas estamos conectando con nuestra necesidad de establecer un orden, de nombrar lo que vemos y de darle una explicación racional. Nos mueve la acción por hacer, por explorar nuestra situación. Creamos nuestros propios actos y somos el maestro de nuestro juego. No hay espacio para imitar, somos los exploradores de nuestro camino identificando lo que nos rodea a cada paso que damos. El Emperador estudia lo que observa y actúa en consecuencia. Puede, por lo tanto, tomar decisiones difíciles y llevarlas a la práctica. ¿Pero cómo actúa el arquetipo El Emperador? Recordemos que hemos dicho que cada carta representa un misterio o un arquetipo, lo que es lo mismo que decir “la idea de”.
C omencemos por los arquetipos. Hagamos un ejercicio aquí mismo entre todos. Yo te diré una palabra y lo que te pido es que la representes. Por favor, toma papel y algo para escribir. ¿Ya está? Te propondré algo muy sencillo. Lo importante es que no sigas leyendo, sino que sigas conmigo y con todos los que estén leyendo esto a nuestro ritmo. Sin trampas. ¿Ya tienes papel y lápiz? Vaya, un trozo de papel (no es necesario que sea muy grande ni tan siquiera grande) y algo que escriba: un lápiz, una pluma, un rotulador, un marcador, una barra de labios, un lápiz de los ojos, en fin que mientras marque ya nos sirve. A continuación te diré una palabra y haz de representarla. Ya verás que no hace falta ser un dibujante, ni tan siquiera hace falta saber dibujar. De acuerdo. ¿Preparados? La palabra es “casa”. Representa una casa. No necesitarás más de un minuto.
Si pudiéramos observar lo que la mayoría de nosotros ha hecho, comprobaríamos que una gran parte, sino todos, ha dibujado una casita con techo a dos aguas y unas paredes. Puede que algunos se hayan aventurado a dibujar la puerta o una ventanita e incluso quizás una chimenea. Estos detalles dan más o menos igual. Lo importante es que todos más o menos tenemos la misma idea de “casa” aunque la nuestra sea muy diferente. No se trata ni tan siquiera de la idea de nuestra casa ideal, no. Estamos hablando de nuestro concepto de casa. Luego cada uno de nosotros la personaliza a su manera y la individualización de la idea de “casa” puede ser muy, muy diferente del concepto original. Este concepto original es un arquetipo.
El Emperador es un arquetipo de masculinidad. En esoterismo se habla de fuerzas masculinas y otras femeninas, una suerte de yang (masculino) e ying (femenino). Son dos tipos de acción muy diferente, lo femenino se define como receptivo y lo masculino como activo que es lo mismo que decir que mientras la una tiene que ver con la aceptación y el recibir, el otro se relaciona directamente con el dar y el actuar. Además tiene que ver con nuestras experiencias personales con los hombres o como hombre, la herencia del padre, de las figuras masculinas que nos han influenciado y de nuestros antepasados. No tiene que ver

A hora bien, la masculinidad no se vive solamente hacia afuera, sino también hacia adentro. Aquí es donde juega un papel importante el tarot. Primero hemos de elegir el mazo. Como se va viendo en cada una de las entregas de este blog, usamos una carta perteneciente a un mazo diferente cada vez. Es muy diferente un Emperador del tarot de Marsella (la que suelo utilizar en la primera entrega de cada carta) a otro del tarot Rider o del tarot Dalí o cualquier otro mazo. En los mazos más modernos El Emperador acostumbra a ser más anciano, como si nuestro arquetipo de padre se acercase al de abuelo (con todo lo que ello implica).

Continuará...
. . . . . . .
Imagen: carta IV, El Emperador, de arriba hacia abajo:
4. Tarot Gaian
6. Tarot Royo
1 nos cuenta...
que tal va todo?
besitos
Publicar un comentario
<< Home