lunes, diciembre 12, 2005

Y llegó... La Papisa (quinto capítulo)


Antes:
Brujas, Papisas y Maleficios O


Toda persona que se dedica a contactar con lo profundo debe ser consciente de que una vez que lo hace por más tímida que sea su llamada, es una llamada. A ella acudirá toda la pléyade de seres que habitan el mundo profundo. No acuden todos juntos, no se trata de una fiesta, sino de una llamada a largo y corto plazo.



La iniciación acontece después y es La Papisa la encargada de este primer tránsito. Ella habla a los ojos sin necesidad de pronunciar las palabras, nos envuelve como una ola, como una ola... Ésta es la única manera de comenzar el camino: en silencio, con algo que nos va creciendo en el alma hasta que aprendemos a mirar lo que es invisible y a hablarle en silencio. Ésta es la Vía de lo que no puede ser revelado, de lo que no puede ser ocultado.

Este camino está plagado de esas pequeñas tentaciones que todos conocemos tan bien: la necesidad de saber todos los porqués, de contar un secreto para obtener el beneplácito de un tercero, la necesidad de control en mayor o menor grado, saber más sobre los demás de lo que les permitirnos saber sobre nosotros mismos, dominar, obtener algo a cualquier precio, fijarse objetivos más allá de los medios, hacer en modo que la debilidad de otros oculte la nuestra, ocultarse los sentimientos a uno mismo, ver malas intenciones allí donde no hay más que un error, ocultar lo que se piensa a las personas que queremos, tratar bien sólo a cuantos nos complacen, etc, etc. En definitiva, cualquier forma de poder como las que acabamos de mencionar o en muchas otras apariencias más. Por eso La Papisa calla tanto y apenas se nota.

Aquella mañana de domingo Julia tenía que salir a la calle más temprano de lo que acostumbraba porque en su camino se encontraría con Yanira. Lo haría después de haber recibido una temprana llamada telefónica de su amiga Úrsula. Hay acontecimientos que nos esperan, son parte de la vida y son tan imprevisibles o previsibles como tantos otros hechos fundamentales de la vida. Para ser más exactos: no se trata de que sean más o menos previsibles sino de cómo nos enfrentamos a ellos. A Julia y Yanira mucho las separaba desde su iniciación. Una se había dedicado a la vía luminosa y la otra, a la más oscura. Su encuentro era inevitable porque la luz y la sombra se necesitan y porque cuanto mayor es la luz, mayor será la sombra con la que deberá encontrarse. Es inevitable. La moneda para serlo necesita sus dos caras. Para hacer un todo se necesitan dos.

Son las Leyes del Universo, leyes que tanto unos como otros obedecen, pero que el lado más oscuro cree, en el fondo, que puede desafiar. ¿Se puede desafiar a una montaña, un árbol o a los pájaros? Podemos copiarlos, inspirarnos en ellos, aprender de ellos, meditar sobre ellos, comprender su hecho único, pero no desafiarlos por cuanto ese desafío nos alejará de la naturaleza y nos condenará a lo glacial en cualquiera de sus permanentes formas.

El hielo tiene dos cualidades mágicas: el secreto y la traició, ya que se forma de manera silenciosa y apenas perceptible. Lo que el hielo rodea queda aislado y sellado como si se tratara de una cárcel invisible de acero. Su apariencia es engañosa porque puede parecer duro y sin embargo se resquebraja invitándonos a pisarlo y caer entre sus cristales. Su cualidad es encerrar la vida y mantenerla inmóvil como si se tratara de un hechizo. ¿Quién alguna vez no se quedado “helado” sin poder reaccionar? El frío evita las acciones inmediatas mediante sutiles ardides silenciosos sin que apenas nos demos cuenta. No olvidemos la otra cara de la moneda pues hay un cierto tipo de frío que calma un gran fuego y nos pinta paisajes de color de cristal que pueden convertirse también en una ensoñación de locura.

Julia se había preparado para esperar lo inesperado, pero no podía imaginarse que la prueba sería de tal envergadura. No podía contar con la ayuda de sus amigas. Marla estaba en Singapur y Úrsula (quizás ella sí podría hacer algo), en los Pirineos franceses.


Continuará...
...el lunes 21 de diciembre

Cada lunes, una nueva entrega :-)
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Ilustación: Carta 2, La Papisa, Tarot desconocido, siglo XX.