miércoles, septiembre 13, 2006

La Emperatriz (capítulo XI)


Úrsula

El Gran Mago continuaba hablando. No deseaba oír lo que Úrsula quería decirle y bloqueó su diálogo mental interior. La miraba con sus ojos negros fijos en ella, parecían las dos bocas de dos pozos muy profundos en los que tememos caer.

- Úrsula, verás, haces demasiado ruido; apenas me dejas escucharme y como sabrás, bien lo sabes, es fundamental que nos escuchemos para no decir grandes barbaridades. He venido, bueno, hemos venido- y arqueó sus cejas señalando con la cabeza a la Gran Maestra y a su auxiliar y después de de una pequeña pausa como si se hubiera perdido en uno de aquellos pozos o entre los pasillos de sus propias palabras continuó:

- Hemos venido, como te estaba diciendo, para invocar el poder de la Emperatriz.

Su voz se ensombreció, se hizo más grave, más profunda y repitió:

- El poder de la Emperatriz.


- No sé nada al respecto- se apresuró a replicar Úrsula si bien pronunciaba cada palabra casi en silencio y muy lentamente.

Era evidente que a Úrsula le costaba hablar.

El Gran Maestro se rió a grandes carcajadas que llenaron toda la habitación de fuegos artificiales sonoros. Las copas de cristal del aparador comenzaron a temblar. Las carcajadas se hacían más y más fogosas acompañadas de las copas que se agitaban ya chasqueando entre ellas. A nadie más le parecía gracioso. Las risas se agudizaron hasta convertirse en chillidos de cantantes de óperas despechadas hasta que una copa explotó por los aires, dos o tres más cayeron por los suelos. Luego se hizo un gran silencio. Nadie se movió. Excepto el Gran Maestro que sacó su varita mágica, la apuntó hacia los trozos desparramados por doquier y los pequeños cristales se reunían en una gran bola de destellos para finalmente esfumarse. A él parecía divertirle. Y prosiguió como si nada hubiera ocurrido, incluso ligeramente molesto porque nadie había disfrutado de su pequeño número de destellos.

- Obviamente no lo sabes. ¡Y nosotros tampoco!- El Gran Maestro había gritado.

Las mujeres le miraron reprobándolo con sus miradas recias y los entrecejos fruncidos, los ojos furiosos. No hacía falta nada más. Un mago de la línea de la Plata y el Blanco Destello, como ellos, jamás grita a los de su propia clase a menos que esté coqueteando con el lado oscuro. Otro silencio. Los cuatro estaban sosteniéndose las miradas con testarudez, contemplando el silencio de los otros.

- Lo siento, mil disculpas- susurró el Gran Maestro- continuemos mmm... ¿por dónde iba?

La auxiliar lo repitió una vez más, con la voz melosa del caramelo que se pega entre los dientes:
- El poder de la Emperatriz- pero no podía evitar prolongar la “z” indefinidamente.

- Sí, sí- la interrumpió la Gran Maga.

Eran las primeras palabras que pronunciaba y no habían requerido un uso delicado de ningún diccionario de sinónimos.

- Exacto, el poder de la Emperatriz- volvió a decir el Gran Maestro ahora más gravemente aún.

Ellos lo sabían, ese poder es único y es el que abre la puerta a todas las dificultades y todas las soluciones. La Emperatriz del Tarot se une al Mago y a la Papisa para dar luz a los dones y talentos a través de la creatividad. No hay poder que se le iguale en todo el Universo. Es la alegría de vivir que se expande en todas sus formas. Cuando nos rendimos completamente a la vida es cuando damos poder a la creatividad. Eso sí, hay que tener cuidado de ni la fama ni la riqueza ocupen este espacio porque lo único que interesa más allá de los intereses personales es aplicar todas nuestras capacidades. Es la fuerza de la inspiración que abre todas las puertas que están cerradas y expande las que ya están abiertas.

Los humanos podemos sentir esta explosión de vida cuando nuestra creatividad se hace sentir verdaderamente y todo lo demás queda en un segundo plano. Es la felicidad que sentimos cuando estamos entregados a las cosas que realmente nos gustan, no por capricho ni por simple gusto sino porque hacen parte de nuestro ser y de lo que reconocemos como esencial, cuando nos entregamos a algo de corazón y de alma sin cuestionarnos a dónde nos conduce. Es la expresión de la energía femenina del cosmos. No se trata de perfección, nada más alejado, sino de algo mucho más sencillo y mucho más difícil: la plenitud. Somos felices, jugamos absortos.

Pero se trata de un gran poder que mal utilizado se vuelve en contra nuestra. Puede que las consecuencias sean pasajeras, entonces perdemos el rumbo sólo por un breve lapso de tiempo. Puede que nos sintamos perplejos porque nos sentimos perdidos entre diferentes opciones de las tantas y tantas que deseamos abarcar, los intereses se multiplican, confundimos inspiración con la multitud de opciones que somos incapaces de abrazar. En el fondo hay un cierto temor que inmoviliza, porque el ánimo de la perfección no nos deja escoger aquello que hace parte de nosotros. Estamos perplejos y deslumbrados porque no permitimos que la inspiración nos penetre, sólo que nos deslumbre. Nos deslumbramos. Entonces es cuando podemos desbordarnos por la ceguera que antecede a la oscuridad.

- El poder de la Emperatriz...


Continuará...

Imagen: Arcano La Emperatriz,
Tarot Aisling

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Blogger pilar nos cuenta que ...

Uy niña, no doy a basto con tanto relato junto...se me ha acumulado el trabajo...Pero, lo estoy leyendo a mi ritmo.

Me gusta la emperatriz, mucho.

Besos desde el sur

4:21 p. m.  

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