El Emperador III

Úrsula
Las horas en un bar pueden pasar muy despacio, pero Úrsula estaba abstraída en sus propios pensamientos intentando sacar conclusiones de aquella carta que la tenía intrigada. No miró el reloj pero aún le quedaba una hora y media de espera. Tenía que ir al lavabo. Vaya. Levántate, recoge todas tus cosas y busca los aseos. Y seguramente habrá cola, en los de señora siempre hay cola. ¿Será que los hombres van menos al lavabo o porque hay más mujeres en el mundo? Si somos siete por cada hombre, eso dicen, entonces es que somos más y por eso nos toca hacer cola en los baños de todo el mundo. En este mismo momento cientos de mujeres pueden estar haciendo cola porque a nadie se le ha ocurrido pensar en hacer más lavabos para mujeres visto que somos siete por cada hombre. Eso. Deberíamos tener al menos siete váteres (inodoros) más por cada varón. Al fondo a la derecha, le dijeron. Claro, al fondo a la derecha. Había una cola de siete mujeres. Lo sabía, se dijo Úrsula suspirando.
En este aeropuerto, como en tantos, no había asientos para esperar cuando te vienen a buscar. Los arquitectos deben pensar que nadie espera y que la población mundial está dividida entre hombres y mujeres al cincuenta por ciento. Ya me dirás... Volvió al bar. Tenía que consumir algo para sentarse, así que esta vez se pidió una coca cola fresca y con mucho hielo. Se sentó y al cabo de un rato estaba pensando una vez más en El Emperador y hablando consigo misma.
El Emperador nos conduce a que analicemos nuestros objetivos y a que luchemos por ellos. No nos garantiza que las cosas serán fáciles. Puede, entonces que las cosas no sean fáciles. Puede que no encuentre al primer maestro, puede que esté muerto. El Emperador está unido al número cuatro que señala lucha. Lo que este arquetipo propone es que luchemos por nuestros objetivos para alcanzarlos y no de ninguna otra manera. No será fácil entonces. Seguía teniendo algo en común con la tirada del bar que comenzaba con el As de Espadas, algo había aunque las diferencias eran enormes. Este arcano nos empuja a aprender de la experiencia para sacar de ella todo nuestro poder y eso tiene mucho de Espada, al menos como actitud. Aunque El Emperador es siempre menos doloroso. Es el máximo exponente de que se aprende a base de los errores. En efecto, El Emperador no se retira cuando se equivoca ni se culpa, simplemente asume su parte de responsabilidad, se pregunta en qué medida podía haber hecho las cosas mejor, en qué medida no ha sido así y acepta, pero ya no como La Papisa para guardar todo eso en su interior sino para prever cómo la próxima vez lo hará mejor pues ya ha aprendido la lección. Las espadas son más impulsivas: o avanzas o te detienes por completo. Había algo en común, pero en lo que se refería a la voluntad. Sí, le haría falta mucha voluntad. Úrsula, no te desanimes, no te desanimes, no te desanimes. Éste y no otro ha de ser mi próximo mantra.
Seguramente era eso lo que quería decir: aprender sobre el camino, marchando como un Emperador que no se tira hacia atrás, que avanza, analiza y avanza aprendiendo de su propia experiencia. Sí. Úrsula se dijo a sí misma que estaba en el camino acertado porque era así como se sentía, con ganas de avanzar y aprender. Además se lo había dicho su amiga J. al tirarle las cartas, cuando había pedido un consejo y le había salido el As de Espadas. Todo coincidía. El As de Espadas no estaba tan lejos del Emperador, al menos contaba con la voluntad, ¿no? Aunque El Emperador no llevara espada y sí un cetro. Pero Úrsula, ¿qué estás diciendo? Bueno, los dos impulsan a la acción, ¿no? Ambas cartas mantienen una actitud firme y clara. Sólo que El Emperador representa una fase superior al As de Espadas. Úrsula, estás mezclando las cosas. Sí, la verdad que me estoy haciendo un lío.
El Emperador es realista, tiene los pies en la tierra, no lucha contra utopías sino que lucha consigo mismo codo con codo, sabe que es su mejor compañero para la batalla y se perfecciona para hacerlo cada vez mejor porque sabe, está seguro de que la experiencia cuanto más rica y diversa sea más le aportará. O sea, Úrsula, que tendrás que experimentarlo por ti misma y no hay nada seguro. Puede que encuentres al maestro y puede que no. Es la única manera de obtener un saber pragmático casi irrefutable y eso es lo que te está diciendo El Emperador. También sabe que no todo depende de nosotros mismos, sino también de la fe que pongamos en cada no de nuestros actos y sabe dar las gracias a Dios o al Universo o a la vida por las oportunidades que tiene. Úrsula no te desanimes, no te desanimes, no te desanimes. Ten fe, ten fe. Fe. Voy a necesitar toda la suerte de mi lado y que los dioses se apiaden de mí. No me extraña que El Emperador necesite valorar las situaciones antes de actuar.
Al mundo de la experiencia directa y natural de La Emperatriz le sucede la abstracción de la civilización de El Emperador. En el tarot estos mundos colaboran y trabajan juntos, la Emperatriz tiene ideas geniales y El Emperador conoce la manera de materializarlas. La idea de embarcarse en esta aventura había sido genial, sin lugar a dudas. Puede que incluso un poco ciega; inconsciente, tal vez. Hacía falta la determinación de El Emperador para seguir adelante, paso a paso. A veces puede que discutan mucho, pues no todas las ideas pueden llegar a materializarse. Puede que todo sea una locura. ¿Qué tiene todo esto de práctico? Uys, ¿mi Emperador se está desanimando? No, adelante, no te desanimes, ten fe. Ése es el diálogo que se establece entre los arcanos III y IIII. Lo mejor es siempre que actúe uno y luego el otro, nunca simultáneamente puesto que cada uno de ellos ha de ocupar el espacio y el tiempo que les corresponde. Eso, la idea ya la he tenido, ya está. Ahora queda el camino.
Con El Emperador llega entonces todo lo racional, lo analizable. Es un guía que nos enseña a ser prácticos pero no a cualquier precio. Úrsula, recuerda que no a cualquier precio de acuerdo, a ver si se te mete esto en la cabeza. No te desanimes y ten fe pero no a cualquier precio. Si no puede ser, no puede ser, ¿eh? Es que a veces soy de lo más cabezota. Pero estoy segura de haber logrado cosas importantes en mi vida gracias a mi tozudez. El Emperador está bien conectado con lo humano y con lo frágil (sino no estaría mirando a los ojos de La Emperatriz). Éste es un hombre que apuesta por la conciencia y por la cultura. Con él ha llegado la palabra, que es la manera mediante la cual los humanos podemos abstraer y tomar conciencia de nuestra experiencia y de nosotros mismos. Tendré que hablarme mucho. Lo mejor será que lleve un diario para irme dando cuenta de las cosas, sí, ésta es una muy buena idea.
- ¡Ursuuuuuuuuuuuuu! ¡Ursuuuuuuu! ¡Un beso chiquiya!
Era Pili.
Continuará...
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Imagen: Arcano IV, El Emperador, Tarot Papus, Paris, Siglo XIX