lunes, abril 10, 2006

Aviso importante

¡Hola a tod@s!

Quienes estáis suscritos a este blog y recibís el aviso de cuando se produce una nueva entrega habréis recibido el último mensaje molesto de quien se dedica a jorobar a los demás.

El mensaje salió con mi dirección de correo lecturaslecturas@gmail.com y con un enlace falso a mi blog lecturaslecturas.blogspot.com y luego... bueno... ¡sin comentarios!

Muy desagradable, vaya. Y por muchas razones: porque quienes me habéis dado direcciones de correo electrónico habéis confiado en mí aunque no me conozcáis, porque a nadie le gusta recibir este tipo de agresión anónima, porque... en fin... sobran las explicaciones.

Así que no vais a recibir ningún correo mío desde Lecturaslecturas@gmail.com lecturaslecturas@gmail.com por una larga temporada. Aún estoy pensando qué hacer a este respecto.

Ya he borrado todos los mensajes y todas las direcciones que tenía en dicha cuenta. Hice una prueba de enviarme mensajes desde allí hacia mí misma en esa dirección y no me llegaban. Raro. Así que decidí borrarlo todo. Espero sinceramente que nos sirva de algo.

A otros niveles ya he tomado medidas también.

Espero muy sinceramente que ya no nos molesten más. Espero que recordéis entrar en Lecturas sin los recordatorios. ;-)

Gracias por vuestra paciencia. Os dejo con la última entrega de La Emperatriz, justo aquí abajo.

Jimena :-)

La Emperatriz (capítulo III)

La luz y la sombra


La Emperatriz es maternidad, es amor y es dulzura. Toda emoción. Entiende la vida apasionadamente, da y recibe sin imponer control al sentimiento. Puede estar bailando horas y horas, feliz, jugando, coqueteando, seduciendo, compartiendo su alegría, haciendo de tal manera que a los demás les dan ganas de bailar o les da mucha envidia. La Emperatriz es esa energía primordial de la vida que dice: vamos a disfrutarlo, la vida es bella.

El título de la película homónima surge de la biografía de Trostky. El director y guionista Roberto Benigni así lo confesaba en Cannes. Benigni estaba leyendo la biografía de León Trostsky que narraba sus peripecias a través de sus ideas e idas y venidas a través del mundo. La vida de este político no fue precisamente fácil y la frase llama la atención, sobre ella construyó el cineasta su película.





Quizás fuera el aire cálido de México o su romance con Frida Kahlo. Posiblemente ambas cosas unidas a toda su larga, muy aventurada y desventurada peripecia. Pero en ese momento, poco antes de morir asesinado, pudo contemplar su vida, miró hacia atrás. Sonrió. Quizás bailó también. Si alguien puede imaginarse a un ruso con un mexicana bailando una chacarera esa soy yo. La música, si quieres, te la dejo a ti que estás leyendo estas líneas. Tú también puedes imaginar ese baile. No te resultará tan difícil aquí tienes las fotos de ambos en su mejor momento.Y entonces Trostky sintió la vida y dijo esa famosa frase:

- ¡La vida es bella!

Éste es el espíritu de La Emperatriz. A él no le hizo falta ningún conjuro. Fue el mismo dolor tan primordial que le condujo a esa comprensión. Junto con un poco de suerte de encontrarse en un hermoso país que le abrazó entre los brazos de una mujer única y llena de vida, tan llena de vida como de dolor: Frida Kahlo.

Volvamos un poco hacia atrás, me gustaría insistir en un par de cuestiones importantes antes de continuar. Tengamos en cuenta que cada arcano designa un misterio. Los humanos sólo podemos acercarnos al gran misterio de la vida a trocitos. Contemplar todo el misterio puede ser mortal. O quizás no, pero sería cuestión de preguntárselo a El Diablo, el único que desafió el orden cósmico y que se agita aún dentro de él. Así cada uno de los arcanos es un pedacito del espejo en cual se refleja este Gran Misterio y por lo tanto es un trocito humano, un aspecto humano. No vivimos los veintidós reflejos de trozos a la vez. Pasamos por diferentes épocas durante las cuales uno puede estar más presente que otro. Además no podemos olvidar que cada aspecto puede ser vivido interna o externamente. Ni tampoco que cada aspecto tiene un lado luminoso y otro oscuro separados por un espacio muy sutil y delicado. Es en ese filo donde vivimos las brujas. Y éste es el filo desde el cual podemos caer, morir, perdernos o salvarnos, condenarnos o encontrarnos. Como Julia.

Volviendo al arcano que nos ocupa ahora sí podemos señalar algunos de sus aspectos oscuros. La Emperatriz primordial es la fuerza de la vida y al otro lado están la destrucción, la Kali de todos los tiempos (la madre que devora a sus hijos), la impotencia, la impaciencia, la cerrazón, la violencia de la madre, la deficiencia de la vitalidad, la necesidad extrema de un determinado orden a ultranza, la exigencia de sentirnos valorados contra todo, la necesidad de llamar la atención constantemente o la de sentirnos queridos a cualquier precio, la frialdad emocional, la enajenación, la incapacidad más absoluta para empatizar, la constante insatisfacción, la castración a cualquier nivel, la guerra o incluso la necesidad de estar bien con todo el mundo como una exigencia íntima y exclusiva.Y sólo para nombrar algunos ángulos del lado oscuro de este arcano. Todo empieza cuando se olvida el amor. No el de la pareja, sino el AMOR. Con ese olvido se va la vida y llega todo lo contrario que no es ni tan siquiera la muerte. Porque La Emperatriz tiene el poder de la Magia Blanca y la Magia Negra.

Desde el punto de vista esotérico, La Emperatriz es la magia total, tanto el poder que recibimos de lo alto como la necesidad de elevarnos mediante la religiosidad o el misticismo o la búsqueda de sentido que nos trasciende hacia lo divino. Al fin y al cabo el objetivo de la Magia Sagrada es devolver al hombre su verdadera libertad, a su estadio primigenio. Así el mensaje de La Emperatriz consiste en que nos concentremos en lo que sabemos y con ello saber qué se puede hacer. En definitiva es una llamada a la creatividad y a la imaginación, las únicas herramientas que los humanos contamos para ser libres. Porque para el esoterismo si podemos imaginarnos libres, tarde o temprano lo seremos. Parece simple, pero la tentación de ir más allá, está siempre latente. ¿Dónde estará Julia? ¿Dónde estás tú?

Continuará...

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Imagen: Carta 3, La Emperatriz, A Photographic Tarot Deck by Rev. Jennifer Elizabeth Moore, USA, 1989
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Y tal como mencionara más arriba, pulsando sobre los siguientes títulos encontrarás algunos enlaces interesantes:

jueves, abril 06, 2006

Concurso La Palabra Mágica


La Emperatriz es una fuente de ideas, por eso muchas veces se la representa en un jardín. Y cuando no se encuentra en él, está rodeada de flores. Lo femenino está siempre relacionado, muy vinculado, con el elemento tierra. La Emperatriz es la esencia de la primavera, con ideas que no paran de nacer y crecer porque es una representación de la Madre Naturaleza.
Así que inundémonos de este espíritu y juguemos. :-)


Os propongo un concurso.
Basta enviar un mensaje con una palabra, tu palabra mágica, la palabra que consideres mágica. Sí, envíanos una palabra que para ti tenga un valor mágico, insisto. Es algo muy personal, de acuerdo, pero no tienes porqué darnos explicaciones. Basta que escribas una palabra mágica, la tuya.
Puedes concursar por amor al arte y la primavera o para que al final yo te regale un pequeño premio: un estudio numerológico y una tirada de cartas si te interesa.


¿Cómo?
1. Baja hasta el pie de esta entrega.
2. Pincha sobre "Cuéntame y cuéntanos... cuentas de cuentos..."
3. Se abrirá una nueva ventana bajo el título "Haga su comentario"
4. Si tienes un blog, basta que te registres.
Pero si no tienes un blog, tendrás que elegir la opción Anónimo. Por favor no te olvides de "firmar" tu comentario con un seudónimo.
5. A continuación copia la verificación de la palabra
6. Finalmente pulsa sobre "Acceder y publicar"

¿Los ganadores?
Pues resultará de la siguiente manera: iré poniendo las palabras en un recipiente de cristal, cada palabra con su nombre correspondiente. El 6 de mayo extraeré una o dos o tres... (lo que me dicte la intuición)

Fechas
La participación está abierta desde hoy 6 de abril de 2006 hasta el 6 de mayo de 2006

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Imagen: Carta 3, La Emperatriz,

lunes, abril 03, 2006

La Emperatriz (capítulo II)

El sortilegio

Después de tanto, de tantas lágrimas, de tantos gritos ahogados y de tantas esperanzas desatendidas, Julia se sentía con una certeza entre sus manos. ¿Quién podría decir lo mismo? Una certeza entre las manos, eso no lo puede sentir cualquiera. Quizás Dios. Ni tan siquiera el Diablo aunque siempre lo deseara.

Julia se sonreía para sus adentros. Lo tenía y podría hacerlo. Ella en definitiva era una Reina Blanca y podía activar la generación en los tres mundos. Había llegado a la conclusión de que era el momento, iba a hacerlo y ya con los tres libros sagrados en su poder, podía llevarlo a cabo sin más dilaciones. Después de todo ya nadie era inocente, nadie podía serlo y menos ella.

Julia cerró los ojos por unos segundos antes de empezar con la ceremonia y se preguntó qué debía sentir el hombre que salió por primera vez a la caza de la ballena, de un amor o del vellocino de oro aún antes de los tiempos en que todas estas historias se contaran, cuando el hombre era realmente inocente. Antes en el tiempo cuando el hombre hubiera visto el primer cometa, el primer eclipse o el primer nacimiento de las entrañas de la mujer que amara. Hacía tanto tiempo que nada era inocente.

Julia era una de las depositarias del Libro Sagrado junto a Marla y Úrsula. Era la Reina Blanca de la Magia como La Emperatriz (la coincidencia del momento le hacía graciay se habría puesto a reír si no estuviera tan concentrada en los pasos del ritual). Tenía los poderes de La Emperatriz, tenía poderes sobre el sexo opuesto, poderes extraordinarios para conjurar filtros de amor, disponer de la propia vida y para influir en la de otros. Como La Emperatriz podía usar su influencia mental a distancia para alterar la voluntad de las personas, lo sabía, lo sabía y le había dado sus resultados, sus buenos resultados con Marla y Úrsula. Había, además, conseguido engañar a su antigua compañera y amiga en el Coven del Sexto Orden,Janira (o eso al menos creía), que era una Papisa de primer Orden, que tenía los poderes para Reinar con los cielos y hacerse servir por todo el infierno. Julia, Gran Reina Blanca y Emperatriz, ya lo tenía todo y había esperado que la noche sexta del escorpión y la luna llena llegara implacable.

Julia conocía bien las ceremonias y los rituales, como era propio de su rango. Lo tenía todo: el arco, las flechas y la copa sagrados que le prestara desinteresadamente Janira para su gran sorpresa (todo había sido tan fácil una vez que lo había decidido que le entraban ganas de volver a reírse a carcajadas). Tenía el conjuro de Hécate, Amonet, Artemisa y Diana. Tenía los objetos sagrados que le pertenecían como Emperatriz y Reina Blanca de Freya, Laksmi, Lalita, Venus y Afrodita. Tenía la rosa y el ceñidor de plata y oro.

Se desnudó. Encendió el círculo de fuego y se bañó en el agua de las nueve lunas. Se pintó los signos sagrados con su propia sangre de su menstruación. Los tranquilos ojos verdes de Julia se volvieron dos esmeraldas reptiles. Estaba concentrada al máximo. Empezó a recitar, la voz era aguda como un chillido, su figura parecía la de un cuervo olvidado en medio de aquel bosque de malolientes algarrobos:

- Te invoco Emperatriz, en tu trono de luz, bella y fecunda. Eva la fundadora, Lilith perezca para reconciliar la Unión junto al padre primordial la familia de los hombres. Hágase tu voluntad fecunda para el nuevo ciclo del principio de Orden de los tiempos históricos. Allí donde estés, en tu tumba en Djidda, junto a las orillas del Mar del color de nuestra sangre primordial, de la sangre de la Luna y de nuestra condición de mujer, te honro junto al mar y junto a la montaña sagrada de Arafat. Por el reencuentro, por el reencuentro, por el reencuentro.

Aquella noche, entre podridos algarrobos y la niebla apenas herida por la luz de la luna llena, llovió mientras en los Reinos de los Cielos aullaron las aves sagradas. Cantaron las sirenas y se perdieron los marinos. La Tierra fue un poco más baldía, los dragones más monstruosos y los monstruos más implacables. La bruma lo fue subordinando todo. Los grandes héroes se extraviaron en una noche así, los últimos guerreros ya no volvieron a casa, Ulises perdió la memoria. Víctimas de un engaño en el tiempo, del orden inverso de los orígenes.


Entre aquella niebla fría el cuerpo desnudo de Julia buscaba el calor. Lo buscaba con una convicción silenciosa, obstinada. Su mirada era tan intensa que hubiera atravesado las esmeraldas eternas de las Puertas de la Sabiduría. Lo acorraló. Se quedó recostado sobre la tierra húmeda, con el círculo de fuego tan cerca que podía quemarse. Las manos de Julia llovían sobre él como la niebla, intensamente fría sobre su cabeza, por la cara y los hombros. Julia se irguió despacio, se alzó sobre él y fue descendiendo lenta, lenta, un segundo después del otro segundo, pero sin dejarle ninguna escapatoria. Estaba allí, entre sus muslos profundos, el abrazo a fuego, desesperado, desesperanzado, al filo de la cordura que se escapaba entre su voluntad y la derrota. Nunca hasta esa noche se había sentido violado por una mujer, su mujer. No es a mí a quien abraza, es a su recuerdo, a los sueños que se caen en sus lágrimas, es a lo que añora y no puede soportar añorar, yo no estoy aquí, ¿o acaso sí?

Julia le miró y sonrió y le susurró un canto embriagador al oído. Entonces James ya no pudo saber si aquello era real, o cuánto tenía de real. Estaba con Julia, quería estar con ella y nada más.
Se miraron, se reconocieron y se hizo un silencio eterno de amor profundo.


Continuará...

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Imagen: Carta 3, La Emperatriz, MoonTrading, 2006